Monterrosa, Fátima
Sin escape
En unas cuantas palabras, Pedro deja al descubierto la situación que vive como cubano desde hace más de cien días en la estación migratoria de esta ciudad fronteriza: ¡Que Dios nos ayude y podamos salir de este encierro que estamos viviendo!.. Se le escucha cansado en la segunda ocasión que hablamos vía telefónica. Él, al igual que ciento catorce hombres y mujeres originarios de Cuba, se encuentra aislado en la estación migratoria. Las autoridades no permiten que los, asegurados, reciban visitas de familiares ni amigos, mucho menos de extraños… El único contacto con el exterior es a través del teléfono… A los cubanos que llevan dinero o demuestran que tienen parientes en EU, Migración les cobra una multa de mil dólares.