Hernández Alcázar, Enrique
Aquel José Ramón
A los diez años odiaba el futbol… Me encanijaba que quitaran las caricaturas de la tele para llenarla de un espectáculo que no entendía y que se reducía a veintidós señores, vistos por otros señores, que corrían en pos de una pelotita… Pero en 1986 comprobé que la clichosa frase, del odio al amor hay sólo un paso, tiene su verdad. El lunes dos de junio de ese año, una circular de la primaria en la que cursaba el cuarto grado me marcó perennemente: Se informa a los padres de familia que mañana, martes tres de junio, las clases se suspenderán a las diez treinta horas para que los estudiantes puedan ver el partido que disputarán las selecciones de México y Bélgica en el marco de la copa mundial de Futbol México 86.