Ortiz Lawrenz, Verónica
Piropos y traidores
Son más de cien calles sitiadas por la Policía Federal Preventiva y el ejército alrededor del Congreso. Tapadas con plásticos negros, las tanquetas nos regresan a los años del autoritarismo priista: Díaz Ordaz, Echeverría, Salinas de Gortari reviven con el panista Fox. Presidentes convertidos en virreyes. El poder mediático a los pies del poder para obtener más poder. La fiesta de las elecciones fue una puesta en escena perfecta. El engranaje del fraude se ajustó para quedar igual. Las sucesiones presidenciales se amarran en la traición: asesinatos, compraventa de voluntades, los huesos en la charola de las ofertas. Las instituciones manoseadas por sus propios funcionarios, en el colmo del cinismo, acusan a otros de agravio a su investidura. Las leyes en México son sinónimo de injusticia, sólo retratan la configuración del poder que las emite y promulga: más de setenta años del PRI, seis del PAN y nada cambia. La justicia es una mujer con los ojos tapados de vergüenza.