Maillard, Tatiana
Excusad a este museo
El retrete está relegado al terreno de la porquería. No importa qué tan limpio y desinfectado se mantenga, o que su prodigioso mecanismo, perfeccionado con el tiempo, se lleve muy, muy lejos aquella materia que algunos considerarían impropia de tratar en una plática que no sea con el gastroenterólogo… El excusado esta vinculado con la suciedad. O peor: con nuestra suciedad. Y, aun más incómodo, la suciedad de la que nos deshacemos en privado y sin testigos, como los criminales se deshacen de un cadáver.