Dos visiones personales sobre Kapuscinski
Un hombre que camina sabe que el mundo se conoce con los pies, con las manos, con los oídos, con todo el cuerpo. Así era Kapuscinski. Quienes lo conocieron constataron como él mismo era la extensión de sus textos, de las historias de los pueblos que más voz necesitan y venía arrastrando para contarlas al mundo, para mostrárselas a quienes han hecho de la indiferencia un acto de vida.