Cerine, Kristian Antonio
Tabasco, el pantano de los anegados
Esto no es una prueba de Dios, dijo en medio de la tragedia una mujer. Esto es natural..., agregó, porque a los tabasqueños se les ha hecho, natural, que las inundaciones puedan llegar cada vez que las aguas bajan. Sí, porque en Tabasco, en cada temporada de lluvias, la gente espera un desastre. Sabe que con las aguas no sólo puede llegar la prosperidad, sino también el desbordamiento de ríos, la ruptura de diques, el colapso, la muerte. Pero no es gratuito. Desde hace cincuenta años los tabasqueños han solicitado al gobierno federal obras hidráulicas para prevenir las inundaciones. Nadie les ha hecho caso. Y hoy, naturalmente, la tragedia ha vuelto...