Rodríguez Munguía, Jacinto

Me equivoqué, Carmen

Ni que decir Carmen, lo ganaste a pulso y como pocos periodistas en México, un espacio privilegiado en la antología de los incomodos para el poder, sea político o económico. En este caso, de los dos. Ni que decir… Pues sí, ni que decir mi estimada Carmen. Desde haeia tiempo que eras ya muy incomoda para los poderes, los formales y los fácticos. Varias veces platicamos sobre el espinoso asunto de los medios de comunieacion y de cómo en los momentos claves de la historia del país los propietarios terminan aliándose al poder político para asegurar sus ganancias económicas.