Ortiz Gómez, Octavio
Más sabe el Dylan por Diablo… Viene el músico a México a dar un concierto
Robert Zimmerman y Satán tienen, a Dios gracias, algunas cosas en comun. Ambis evitan cualquier encasillamiento, tanto si éste proviene del bando de los, buenos, como de los, malos. La D está presente en el nombre respectivo con lo que se han hecho infinitamente más populares en el mundo. Son, por decirlo de una forma, personajes de fama global. A Bob Dylan, nombre que adoptó el señor Zimmerman, por si alguien tenía duda, y don Diablo los persigue la luz; más aún, caminan con su propia luz. Una luz que, bien asimilada, es sinónimo de rebeldía y búsqueda constante, de independencia e inquietud creativa, de cuestionamientos e inconformidad.