Mendiburu, Diego
Verde… hasta la tumba
Voy a morir. Eventualmente, claro. Pero como buen previsor, no quiero dejarle broncas post mortero a mi familia. Así que. diligente, he comenzado a investigar las opciones disponibles para el funeral. Uno puede. como la mayoría, ser sepultado en un cementerio, o bien optar por la cremación. Pero a medida que me informo, constato que ni muertos dejamos de contaminar: según los ambienta listas, los tradicionales entierros propician daños al ambiente y las cremaciones liberan dióxido de carbono, gas que contribuye al calentamiento global. Así que continúo la búsqueda y me topo con una novedosa práctica que dejará que me vaya con la conciencia tranquila. Quiero tener un entierro ecológico. En lugar de convertirme en polvo conseguire la verdadera vida eterna en forma de bonito y frondoso arbolito. Y todos me lo van a agradecer.