Vásquez Colmenares, Ana
El feo que resultó ser el bueno
Cuando se usaban esos cinturones con las iniciales grabadas en la hebilla, él tenía uno que decía FEO, me comenta riendo un antiguo compañero de clase. Así le decíamos y a él, de hecho, no le molestaba; era todo un personaje… Es un, extraordinario abogado, brillante, excelente polemista, refieren algunos de sus ex compañeros de la Escuela Libre de Derecho… Poseedor de una mente sagaz, me dice una ex compañera diputada… Le da la vuelta a las cosas y las resuelve... sus servicios valen hasta el último centavo, me asegura alguien cuya familia lo contrató como abogado penalista.