Mendiburu, Diego
El evangelio según el crayolas
A Juan Carlos Pérez le hubieran gustado dos cosas: estudiar artes y no haber sido abusado sexualmente por un sacerdote. Por la falta de recursos pudo haber enterrado sus inquietudes artísticas, como también pudo haber condenado al olvido la experiencia con el clérigo. Pero ni una ni otra. Decidió ponerse a pintar para aprender por cuenta propia, como cuando en las reuniones familiares se alejaba de sus primos para irse a trazar dibujos con crayones… Así se convirtió en El Crayolas. Ahora habla sin tapujos de cómo ve a la Iglesia y a los iconos religiosos con los que creció en el seno de una familia profundamente católica. Se mete por igual con la virgencita, la familia profundamente católica. Se mete por igual con la virgencita, la corrupción, el racismo y los perros hechos tacos al pastor. Su arte a nadie deja indiferente. Provoca, indigna, impacta. Pero aclara: no lo hago por molestar. Es que, dice, soy católico y no tengo un conflicto.