Cantú, Jesús

Un tercio de sexenio: sin sorpresas ní resultados

La lealtad es el sello distintivo de los dos primeros años de gobierno de Felipe Calderón. La lealtad es la virtud que Calderón privilegia, por sobre todas las otras, para seleccionar a sus colaboradores; pero también es la que él manfiesta a los integrantes de su gabinete y a las estructuras corporativas, construidas en el régimen autoritario, que lo apoyaron para llegar al poder… Desde el inició de su mandato, Calderón mostró su estilo personal de gobernar: contrario a su predecesor el reaccionaría rápida y frontalmente ante a las adversas circunstancias que enfrentaba. Así rindió protesta en la tribuna de San Lázaro, a pesar de la oposición perredista; sacó al Ejército a combatir al narcotráfico apenas diez días después de su toma de posesión; y sacrificó aspectos medulares de sus reformas legislativas en aras de conseguir su aprobación en el Congreso.