Pereyra, Beatriz

Al ritmo de la velocidad

Un aficionado al cricket que declinó graduarse como atleta en las universidades estadunidenses irrumpió en el olimpismo de Beijing destrozando los tiempos en cien y doscientos metros. Responde al nombre de Usain Bolt. Este superdotado velocista humilló en la pista del Nido de Pájaro a sus contrincantes del país de las barras y las estrellas; colgado del doble triunfo, en lugar de llorar de la emoción y mirar al cielo por su hazaña, se puso a bailar como lo dicta el Caribe y, de paso, en menos de veinte segundos sacó del anonimato mundial a Jamaica.