Wang Hui

El pensamiento chino contemporáneo y la cuestión de la modernidad

El año de 1989 fue un parteaguas histórico: casi un siglo de práctica socialista llegó a su fin. Dos mundos se convirtieron en uno: un mundo capitalista global. Aunque el socialismo de China no se colapsó como lo hicieron el de la Unión Soviética o el de Europa Oriental, esto no llegó a ser una barrera para que la economía china se uniera rápidamente al proceso globalizador en las arenas de la producción y del comercio. En efecto, el perseverante apoyo del gobierno chino al socialismo no plantea un obstáculo para la siguiente conclusión: en todos sus comportamientos, incluyendo el económico, el político y el cultural -incluso en el comportamiento gubernamental-, China se ha ajustado por completo a los dictados del capital y a las actividades del mercado. Si aspiramos a entender la vida intelectual y cultural china en la última década del siglo XX, debemos entender las transformaciones mencionadas y sus manifestaciones sociales correspondientes.