Este articulo plantea que la estética comunitaria se perfila como impronta inevitable de la posmodernidad. En este sentido, esta marca acentúa aquello que es impersonal y pone en juego la negaci6n misma del fundamento filos6fico moderno. Así, la vida social no es mas que la expresión sucesiva de sentimientos de pertenencia. Arquetipos contradictoriales sintetizados en la, armonía conflictual, expresada a través del tribalismo contemporáneo, participan en la puesta en escena de la dinámica de los grupos, fundada en una racionalidad propia, simbólica, afectual, intensa y proxémica. En la fusión colectiva resurge una suerte de participación mágica de lo extraño, de lo extranjero, de una globalidad que supera la singularidad individual. Reencantamiento del mundo? A juicio del autor, es posible que en el fenómeno de intemporalidad, de acentuación cíclica o trágica, y de repetición de [as creaciones cotidianas pueda comprenderse la parte intima que caracteriza a esta estética comunitaria.
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