Un flanco vulnerable

En su camino hacia la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador enfrenta no sólo a sus rivales políticos. Tiene ante sí, además, los escollos que le pusieron colaboradores suyos, sorprendidos en complicidades financieras, aún sin aclarar, durante su gestión en el Gobierno del Distrito Federal. Aparte están las minas que él mismo ha sembrado a su paso. En sus prolongados afanes por alcanzar el triunfo electoral el dos de julio de 2006, el virtual candidato del PRD se ha encargado de abrir un flanco vulnerable. Por ejemplo, con su persistencia en el ocultamiento de información y su cerrazón ante los reclamos en materia de transparencia. También, con su empecinado rechazo a comprometerse en temas de alto voltaje, como la eutanasia, el aborto, la homosexualidad -en los cuales su partido se ha manifestado públicamente de manera radical-, con tal de evitar una confrontación con la jerarquía católica, en una forma de vender su alma, no al diablo, sino a Dios.


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