El dopaje de los jugadores Aarón Galindo y Salvador Carmona, más la negligencia de su médico en jefe, Nicolás Zarur, empiezan a cobrar facturas al equipo de futbol Cruz Azul. La imagen de institución seria, responsable y limpia se resquebraja. Los insultos aparecen en la calle y en las áreas deportivas. Con ello, cooperativistas voltean a los dirigentes Álvarez Cuevas y piden su relevo después de que la familia ha administrado la cooperativa a lo largo de cuarenta de sus setenta y tres años de existencia.