Conforme se acerca el proceso electoral de 2006, siguen descubriéndose indicios de usufructo político mediante concesiones del gobierno foxista a empresarios de la comunicación. Primero se destapó el caso de Televisa, beneficiada por la Secretaría de Gobernación con ciento treinta permisos para operar juegos y centros de apuestas remotas. Ahora detona el caso de Olegario Vázquez Raña, quien se apresta a recibir nuevas concesiones para agigantar su emporio mediático.