Escribir la historia de consumo mediático a través del examen de la vida cotidiana de las, miniaturas, en el barrio, en la vecindad, en los lugares de la casa, en las prácticas sin registro, es un intento de observar a los agentes sociales como productores de sentido. Las miniaturas no solamente reproducen macroestructuras, ellas tienen vida propia a pesa rde los constreñimientos que las hicieron tan pequeñas o temporalmente retraídas. Si estamos muy lejos de comprenderlas, el lugar más adecuado para empezar es permanecer junto a las mismas.