Pliego, Roberto

Narcosanto : cabalgando con Malverde

Junto al Palacio de Gobierno, en la punta de una plazuela que denuncia torpemente la modernidad artificiosa de Culiacán, se encuentra una especie de templo-dispensario-iglesia dedicado a honrar al único santo de la región. Esto se cuenta de su fundación: un bandido a caballo saqueaba las haciendas porfirianas y repartía el botín entre los mayos y los trabajadores a raya.