Rajchenberg S. Enrique
Tiempo, calendarios y relojes
El final del siglo XX estuvo marcado por un extraño marketing mediático y apocalíptico en torno al advenimiento del año 2000. Las catástrofes telúricas o meteorológicas serían menos peligrosas que los accidentes provocados por el desarreglo de las computadoras incapaces de descifrar el triple cero final de 2000...En efecto, la posibilidad de un, final de los tiempos, proviene de la Biblia que nos ha legado esta noción irreversible del tiempo con un principio, el Génesis, que narra el origen del mundo, y un fin, el Apocalipsis de Juan, anunciador del fin de los tiempos cuando Dios dará por terminada nuestra historia y procederá al juicio final...Estos ejemplos ilustran la manera en que cierto sentido del tiempo se apoderó de nuestra cultura y de nuestras vidas aunque, como San Agustín, seamos incapaces de definirlo : Estoy con el tiempo y hablo del tiempo y, sin embargo, no sé lo que es el tiempo, Confesiones, XI, 25.