Tercera Carta Pública de Say a Malthus
Hasta aquí hemos razonado en la hipótesis de una libertad indefinida que permitiese a una nación dar la extensión que quisiese a sus facultades productivas; y creo haber probado que, si esta hipótesis tuviese lugar, la nación podría comprar todo cuanto produjese; porque esta facultad y el deseo natural en el hombre de mejorar continuamente su suerte, crearían infaliblemente una multiplicación infinita de individuos y de goces. No sucede así; pues por una parte la naturaleza, y por otra los vicios del orden social, han puesto límites a esta facultad indefinida de producir. El examen de estos obstáculos al paso que nos conducirá a ver el mundo cual es en sí, servirá también para aprobar la doctrina establecida en mi tratado de economía política de que los obstáculos que se oponen a la producción son los únicos que impiden la salida y la venta de los productos.