Morales M., Rodrigo
Bajarle el volumen
Conforme se acerca la fecha de los próximos comicios, vuelve a aparecer una suerte de maleficio moderno: la sobredramatización de las elecciones. Pareciera que en julio de este año está en juego todo. Hay, entre ciertos observadores de lo electoral, una recurrencia por hacer de cada nueva elección una nueva versión, corregida y aumentada, de la madre de todas las elecciones. Son oleadas que presagian cotidianamente la ocurrencia de fechas fundacionales y fatales, y sin reparo (¿ni explicación?) de lo ocurrido en el pasado inmediato o sin memoria de sus propios presagios, reiteran el advenimiento de una nueva catarsis política. La evolución gradual estorba, lo que excita son los parteaguas.