Santiago Becerra, Antonio

Hacia el realismo político

Rumbo a la esperada elección presidencial del año 2000, parece urgente una fuerte dosis social de realismo político; éste suele ser un buen antídoto contra el desasosiego y el desencanto que suscitan las expectativas desmesuradas y cándidas. Si en plena transición democrática caemos en los garlitos de ilusionistas y agoreros, la trama política nacional podría resultarnos ininteligible y decepcionante. Más aún, cuando los marcos de referencia política no son racionales y realistas la ciudadanía y los partidos pueden asumir actitudes y tácticas que, lejos de fortalecer sus propias causas, favorezcan las de sus adversarios políticos.