Kraus, Arnoldo

Los órganos sexuales no son motivos de polémica

En quinto grado de primaria la mayoría de los niños y niñas tienen la fortuna de seguir siendo lo que son: niños y niñas. La atropellada adolescencia, romperá para siempre la época en que el encanto de la inocencia y el embrujo del mundo lúdico termina. Ser niño o niña es un regalo que pronto finaliza, que se marcha dejando las huellas de la ilusión perenne del bien, del cariño incondicional y de la figura de los adultos, siempre, protectores, siempre amigos. Los primeros peldaños de la juventud suelen no ser fáciles; conllevan cambios, situaciones nuevas y vivencias difíciles de asimilar. Las tasas de suicidio, en otras latitudes, son altas. La adolescencia representa un fin y un alto. La biología, la escuela, la familia, la sociedad y el medio circunvecino no le permiten, al antes niño,niña, seguir regodeándose en el sueño de la esperanza, en el cobijo de la dulce irresponsabilidad. Entrar en la adolescencia significa acción; dejar que llegue sin moverse, sin trabajar, sin sufrir, sin preguntarse, puede ser dañino.