Fernández Santillán, José Florencio, 1953-
México: hacia una gobernabilidad diferente
Cualquiera que sea la suerte del bloque opositor formado a raíz de las elecciones del seis de julio, las cuales no le otorgaron la mayoría absoluta a alguno de los partidos presentes en la Cámara de Diputados, lo cierto es que se trata de un hecho inédito en la vida institucional del país, por lo menos desde la llegada del llamado, régimen de la revolución, al poder a finales de la década de los veinte. Desde esos años hasta el pasado primero de septiembre la gobernabilidad del país estuvo cimentada en el dominio ininterrumpido e incontrastado del partido oficial en las dos cámaras de las cuales se compone el Congreso de la Unión. El dominio del instituto político fundado por Plutarco Elías Calles sobre el Poder Legislativo es uno de los elementos esenciales que jugaron a favor de la concentración del poder en la Presidencia de la República: es inconcebible que una fuerza de tal envergadura hubiese podido acumularse en el jefe del Poder Ejecutivo si uno o varios partidos diferentes del revolucionario hubiesen tenido la voz cantante en el Congreso mexicano o, sencillamente, si el PRI y sus antecesores, el Partido Nacional Revolucionario, PNR, y el Partido de la Revolución Mexicana, PRM, no hubiesen tenido la mayoría de las curules para mandar en solitario y, por tanto, se hubiesen visto obligados a hacer coalición con otra u otras agrupaciones partidistas para constituir el porcentaje indispensable de cincuenta por ciento más uno para gobernar.