Hubard, Julio

Lo juzgado en las elecciones no llega al Reino del Absoluto

Sí: el resultado me sorprendió, aunque no de un solo modo. Salvo por un par de semanas después del debate, en que parecía que la tendencia, iba a decir que, se corregía, pero es una traición de mis ganas, abandonaba su inercia, siempre fue claro que Zedillo llevaba la delantera. No me sorprendió que ganara el PRI sino el margen, anunciado, por el que obtuvo su victoria. Y no tanto en lo que toca a la votación presidencial sino en los resultados para las cámaras. Y, a fin de cuentas, no me sorprenden tanto los resultados como la constatación del tamaño de mis ganas: mi mayor desengaño está ante la reacción casi alérgica con que recibo la constatación de unos hechos predichos.