Morales M., Rodrigo
Consejeros ciudadanos : crónica de un fracaso anunciado
Reza bien el adagio: lo que mal empieza mal acaba. En una tentativa por ampliar los cauces de participación ciudadana en el DF, el PRI tuvo a bien aprobar una ley animada por la peregrina idea de que dejar fuera de la contienda a los partidos era la mejor fórmula para propiciar la participación ciudadana y no contaminar la agenda de demandas vecinales con alegatos partidistas. Haciendo correr por vías distintas y excluyentes la representación política y la participación ciudadana, la ley no pudo, sin embargo, superar la esquizofrenia.