Reynaud, Bernard

Carta desde Mónaco : 24 de agosto de 2003 / Bernard Reynaud

Podría intitular mi carta "Heca-tumba o de la mejor manera de rejuvenecer una masa". Gracias a uno de sus múltiples "saltos prodigiosos", nuestra Señora la Ciencia puso en los brazos de la "masa" -quiero hablar de la nación francesa, dejo a mis colegas italianos, españoles o ingleses contar a sus muertos- un problema sin solución: su envejecimiento. Entonces, frente a la(s) heca-tumba(s) de viejos (dejémonos, por favor, de eufemismos vergonzosos como "tercera edad", "seniors", "adultos mayores", y hablemos tranquilamente de viejos y ancianos), esos viejos víctimas del "calorazo", la masa debería alegrarse: 13 000 víctimas representan otras tantas pensiones que dejaremos de pagar, otras tantas bocas inútiles que dejaremos de alimentar. Y además, lo que es mejor aún, de repente la masa rejuvenece. "lodos esos viejos tenían entre 85 y 100 años gracias a los progresos de la ciencia. Así pues, cuando la Señora Ciencia nos mete en un callejón sin salida y manifiesta de repente su impotencia, Dama Naturaleza la viene a ayudar. Deberíamos gritar al milagro y ser agradecidos.