Una infamia que huele a corrupción
Summary: En los últimos juegos de la Selección Mexicana triunfó la indignidad. Lo peor no fue el pésimo futbol, el director técnico incapaz o los jugadores ineficientes, sino el modo en que se consiguieron los triunfos ante Costa Rica y Panamá: regalos arbitrales que pasarán a la historia de la infamia o tal vez a los anales de la corrupción futbolística. Así, se multiplican las voces que exigen investigar si hubo mala fe en esas aberraciones, y aumentan el escrutinio y las críticas sobre la FIFA, la Concacaf y la Femexfut, que han hecho de la opacidad y la transa el reglamento oficioso del balompié.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 472637 |
En los últimos juegos de la Selección Mexicana triunfó la indignidad. Lo peor no fue el pésimo futbol, el director técnico incapaz o los jugadores ineficientes, sino el modo en que se consiguieron los triunfos ante Costa Rica y Panamá: regalos arbitrales que pasarán a la historia de la infamia o tal vez a los anales de la corrupción futbolística. Así, se multiplican las voces que exigen investigar si hubo mala fe en esas aberraciones, y aumentan el escrutinio y las críticas sobre la FIFA, la Concacaf y la Femexfut, que han hecho de la opacidad y la transa el reglamento oficioso del balompié.
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