Publicidad política: el hartazgo predecible

Ahora que ha iniciado el proceso electoral federal 2015 podemos constatar que los intereses particulares de la clase política y los grandes concesionarios de la radio y, particularmente, de la televisión, se mantienen del lado opuesto del electorado mexicano. El diagnóstico de la comunicación política actual en México es doblemente lamentable, sobre todo porque en las exposiciones de motivos de las reformas electorales aparece el ciudadano como el beneficiario final de las nuevas disposiciones. Si el debate de los bloqueos ha desgastado las relaciones entre los partidos y la autoridad electoral, las sanciones por difundir calumnias siguen dando de qué hablar. La ciudadanía constatará de nueva cuenta en la definición del concepto de comunicación, los partidos ubican un receptor pasivo ante su promoción y moldeable de acuerdo a la repetición de mensajes tan fatuos como apartados de la realidad social.