LXIV Legislatura: Congreso del Cambio

No se parece a ninguna otra. La histórica correlación de fuerzas legislativas no solo cambió sino que se transfiguró radicalmente: de un Congreso sin mayoría y con un reparto a tercios mayores, PRI,PAN,PRD, con morralla incluida para la chiquillada, PVEM, PT, NA, ES, en la Sexagésima Cuarta Legislatura habrá mayoría y será nada menos que el benjamín de la partidocracia la fuerza hegemónica. Nuevas mayorías, nuevas chiquilladas. Un Congreso de la Unión a la medida de la, Cuarta Transformación, del país, por lo menos en el arranque de la legislatura, dominado por la, agenda legislativa presidencial. No se parece a ninguna otra ... pero en la Legislatura que mañana inicia sesiones veremos rostros de viejos conocidos. El legado de la Sexagésima Cuarta Legislatura está más cerca de la pena que de la gloria, por la dilación en varias leyes y reformas, relevantes, urgentes, y los pendientes que deja, significativamente el Sistema Nacional Anticorrupción, el Mando único, Seguridad interior, procedimientos en materia laboral y el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. Ni que decir de la persistencia de los privilegios y los chanchullos. Si ya eran muchos tras la elección, hoy parecen demasiados, luego de instalarse la Sexagésima Cuarta Legislatura. Gracias a los, cachirules, o, infiltrados, no bien se habían instalado los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados, cuando Morena pasó de ciento noventa y un legisladores a controlar casi la mitad de cámara: doscientos cuarenta y siete diputados. De menor envergadura, pero en el Senado también se registró un realineamiento a su favor, que suma tres legisladores que entraron bajo las siglas de ES y a la única senadora de Nueva Alianza, por lo que su bancada llega a cincuenta y nueve senadores, cuarenta y seis punto nueve por ciento. Por donde se le vea, una legislatura morena.