Leonardo Valdés Zurita 25 años
Summary: La política y la sociedad han cambiado radicalmente en México. En muchos aspectos, somos otro país. Los cambios electorales han sido, quizá, los más notables. El código electoral vigente cuando se publicó el número uno de Voz y Voto, sufrió múltiples cambios durante sucesivas reformas electorales: 1993, 1994, 1996, 2007-2008, 2012. Finalmente, en 2014 fue sustituido por un conjunto de piezas normativas entre las que destacan la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley General de Partidos Políticos y la Ley Federal de Consulta Popular. Hoy tenernos un sistema electoral más complejo; más barroco, dirían algunos. Por supuesto, las facultades y responsabilidades de la autoridad electoral han aumentado significativamente. Además, el Servicio Profesional Electoral, hace veinticinco años incipiente, se ha desarrollado y fortalecido; es ya nacional. Por si lo anterior fuese poco, el endeble tribunal electoral que existía entonces se ha incorporado al Poder Judicial de la Federación; también han aumentado sus facultades, pero, sobre todo, sus fallos son inatacables.| Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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| Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 508410 |
La política y la sociedad han cambiado radicalmente en México. En muchos aspectos, somos otro país. Los cambios electorales han sido, quizá, los más notables. El código electoral vigente cuando se publicó el número uno de Voz y Voto, sufrió múltiples cambios durante sucesivas reformas electorales: 1993, 1994, 1996, 2007-2008, 2012. Finalmente, en 2014 fue sustituido por un conjunto de piezas normativas entre las que destacan la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley General de Partidos Políticos y la Ley Federal de Consulta Popular. Hoy tenernos un sistema electoral más complejo; más barroco, dirían algunos. Por supuesto, las facultades y responsabilidades de la autoridad electoral han aumentado significativamente. Además, el Servicio Profesional Electoral, hace veinticinco años incipiente, se ha desarrollado y fortalecido; es ya nacional. Por si lo anterior fuese poco, el endeble tribunal electoral que existía entonces se ha incorporado al Poder Judicial de la Federación; también han aumentado sus facultades, pero, sobre todo, sus fallos son inatacables.
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