El imperial ropaje de la muerte
Summary: Con el juicio y posterior ejecución de Maximiliano terminó la última aventura europea para fincar de nuevo la monarquía en América. En este Nuevo Mundo no hay testas coronadas, no hay nobleza, ni honores hereditarios, ni Dios que nos imponga una familia dinástica por siglos. Todos somos libres e iguales y cada uno debe forjar su propio destino. En la ladera del cerro, frente al pelotón de fusilamiento, Maximiliano lanzó una última arenga, que concluyó: Viva México, Maximiliano cumplía así los designios de su madre, la archiduquesa Sofía, quien en una carta le había escrito que prefería un hijo muerto que un Habsburgo derrotado. Luego habló Miramón. Mejía optó por guardar silencio y mostrar el pecho a los fusiles. Después los pájaros del cerro revolotearon al estruendo de los disparos.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 506660 |
Con el juicio y posterior ejecución de Maximiliano terminó la última aventura europea para fincar de nuevo la monarquía en América. En este Nuevo Mundo no hay testas coronadas, no hay nobleza, ni honores hereditarios, ni Dios que nos imponga una familia dinástica por siglos. Todos somos libres e iguales y cada uno debe forjar su propio destino. En la ladera del cerro, frente al pelotón de fusilamiento, Maximiliano lanzó una última arenga, que concluyó: Viva México, Maximiliano cumplía así los designios de su madre, la archiduquesa Sofía, quien en una carta le había escrito que prefería un hijo muerto que un Habsburgo derrotado. Luego habló Miramón. Mejía optó por guardar silencio y mostrar el pecho a los fusiles. Después los pájaros del cerro revolotearon al estruendo de los disparos.
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