¿Qué tan útiles son las experiencias de los Sistemas Educativos de Alto Desempeño?

Los Sistemas Educativos de Alto Desempeño, SEAD, se han posicionado como referentes o buenas prácticas en torno a las políticas educativas nacionales. Pruebas de desempeño en estudiantes alrededor del mundo colocan a determinados sistemas sobre el reflector en el cual centran su atención otros tomadores de decisión con miras a replicar las estrategias que han probado determinado éxito. Sin embargo, existe una preocupación creciente sobre el riesgo que implica adoptar o adaptar ciertas prácticas o sistemas educativos sin tener en cuenta de manera racional las implicaciones de su puesta en marcha y el contexto en el que han sido implementa-dos en los países mejor calificados en las pruebas. Si bien es cierto que se parte usualmente del supuesto de que una mayor inversión en educación redundará en mayor desarrollo económico, conviene analizar la correlación entre el nivel de sistemas educativos de alto desempeño y Producto Interno Bruto, PIB, para comenzar a medir el impacto de este supuesto. Del mismo modo, persiste el mito de una aparente disyuntiva entre equidad y excelencia, de tal manera que, en un escenario de recursos escasos, se elegirá un valor por encima de otro como campos excluyentes. El paso anterior, que pareciera evidente, a replicar sistemas que demuestran éxito en determinados escenarios, es analizar el contexto de dicho escenario, el impacto positivo o negativo en términos no sólo educativos, sino económicos, de equidad o sociales y los efectos no deseados que han mostrado también los referentes internacionales.