Del gasolinazo a la "Feria Del Ahorro". Austeridad, ocurrencia, simulación
Summary: Parece claro que el aumento al precio de las gasolinas fue solo el pretexto, no el chispazo, que incendió la pradera. Parece claro que la robustez del mercado interno y la fuerza de las finanzas familiares son capaces, mientras no se demuestre lo contrario, de procesar éste y otros gasolinazos. Parece rotundamente claro que el incremento de unos cuantos pesos por litro al carburante nunca será motivo de revuelta, intifada o motín, salvo como última gota en la acumulación de agravios. ¡Nunca es la economía, insensatos!, sino la percepción de que alguien se pasó de la raya en temas capitales como la honestidad, la confianza, la legitimidad. ¿Quién se juega el pellejo en un saqueo vandálico por cuatro pesos más o trescientos pesos menos? Es la política o su administración; la incompetencia para, comunicar, que es gobernar, o la franca soberbia burocrática que les impide ejercer la tarea pedagógica del estadista: informar sin rodeos; argumentar con detalle y precisión; convencer a la población gobernada de que la decisión, si bien, difícil y dolorosa, resulta ineludible y, a la postre, benéfica para todos y el medio ambiente, en razón del impuesto ecológico-inhibidor: que pague más quien más queme. No puede ser más que eso: mala política, pésima gestión, peor administración...Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 496732 |
Parece claro que el aumento al precio de las gasolinas fue solo el pretexto, no el chispazo, que incendió la pradera. Parece claro que la robustez del mercado interno y la fuerza de las finanzas familiares son capaces, mientras no se demuestre lo contrario, de procesar éste y otros gasolinazos. Parece rotundamente claro que el incremento de unos cuantos pesos por litro al carburante nunca será motivo de revuelta, intifada o motín, salvo como última gota en la acumulación de agravios. ¡Nunca es la economía, insensatos!, sino la percepción de que alguien se pasó de la raya en temas capitales como la honestidad, la confianza, la legitimidad. ¿Quién se juega el pellejo en un saqueo vandálico por cuatro pesos más o trescientos pesos menos? Es la política o su administración; la incompetencia para, comunicar, que es gobernar, o la franca soberbia burocrática que les impide ejercer la tarea pedagógica del estadista: informar sin rodeos; argumentar con detalle y precisión; convencer a la población gobernada de que la decisión, si bien, difícil y dolorosa, resulta ineludible y, a la postre, benéfica para todos y el medio ambiente, en razón del impuesto ecológico-inhibidor: que pague más quien más queme. No puede ser más que eso: mala política, pésima gestión, peor administración...
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