Obama, Trump y el show de la política estadunidense
Summary: La candidata terminó de leer su discurso con el ritmo y énfasis que se marcaba en los teleprompters que tenía al frente y a sus costados. Al aire se intercalaron close ups de la gente más conmovida en el auditorio, incluida, desde luego, una niña con una enorme sonrisa. En ese momento la música alegre de Kate Perry explotó calculadamente en el ambiente y, unos segundos después, miles y miles de globos y papeles de colores comenzaron a caer desde el techo mientras, en el escenario, la candidata, su compañero de fórmula y sus familias se decían quién sabe qué cosas pero, al parecer, algo que les hacía soltar grandes carcajadas y estar rebosantes de felicidad. Bailaban, sonreían y jugaban con los globos como niños. La mezcla de audio en la transmisión se aseguraba de que resonara la música emotiva, pero también se escuchara, fuerte los gritos de euforia de la audiencia, desde los micrófonos ambientales. De repente, la sorpresa: desde el techo se prendieron fuegos artificiales, algo que el candidato rival había querido hacer y no había podido, para dar el clímax perfecto para esta impecable producción.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 496440 |
La candidata terminó de leer su discurso con el ritmo y énfasis que se marcaba en los teleprompters que tenía al frente y a sus costados. Al aire se intercalaron close ups de la gente más conmovida en el auditorio, incluida, desde luego, una niña con una enorme sonrisa. En ese momento la música alegre de Kate Perry explotó calculadamente en el ambiente y, unos segundos después, miles y miles de globos y papeles de colores comenzaron a caer desde el techo mientras, en el escenario, la candidata, su compañero de fórmula y sus familias se decían quién sabe qué cosas pero, al parecer, algo que les hacía soltar grandes carcajadas y estar rebosantes de felicidad. Bailaban, sonreían y jugaban con los globos como niños. La mezcla de audio en la transmisión se aseguraba de que resonara la música emotiva, pero también se escuchara, fuerte los gritos de euforia de la audiencia, desde los micrófonos ambientales. De repente, la sorpresa: desde el techo se prendieron fuegos artificiales, algo que el candidato rival había querido hacer y no había podido, para dar el clímax perfecto para esta impecable producción.
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