La conjura de las coincidencias

La historia de una madre que envió insistentemente el manuscrito de la novela que su hijo dejó, luego de suicidarse, a académicos escritores y literatos, no es ajena para los adentrados en la literatura estadunidense contemporánea. La historia de John Kennedy Toole parece narrada por algún maestro de las coincidencias. Un hombre que vivió con su madre y que, confinado a la soledad y a la inspiración que brinda un cuarto vacío, escribió dos novelas que el día de hoy son referentes para los amantes de la literatura: La biblia de neón, escrita en 1954 y publicada hasta 1989, y La conjura de los necios, escrita en 1963 y publicada en 1980. De no haber sido por la insistencia de Thelma, madre del desaparecido John, el escritor Walker Percy jamás habría leído la primera oración de la segunda novela de aquél, ahora considerada una obra maestra de la comedia contemporánea. Después de la enésima carta, llamada telefónica y súplica pública, Percy le dio una oportunidad al manuscrito que la señora histérica clamaba ser una maravilla de novela. Leyó la primera oración. Luego la segunda, buscando errores comunes en escritores novatos. No los encontró. Terminó el primer párrafo y se siguió hasta terminar la novela que un año después le daría un Pu1itzer póstumo a John Kennedy Toole.