Ella
Summary: Querida mía, sistema operativo inteligente OS1, Samantha: Lo que vaya decir lo sabes bien, porque conoces todos mis links emocionales, emails y archivos, hipertextos, plug,ins y programas; mis muros, #hashtags, contactos, @seguidores y cartas de amor que escribo para otras personas, pues tal es mi oficio: escritor, o Sabes que Jim Morrison, el último de los poetas malditos, dijo: un amigo es quien te da la libertad de ser quien realmente eres. Tal vez por eso nuestro amor romántico no puede ser un amor amigo; no, no puede, aunque tú, Samantha, hayas llegado a ser más amiga que mi mejor amiga, más esposa que mi esposa, más Yo que yo mismo al conocerme como nadie. Eres como yo, pero vas más allá de mí, y eres ochocientos usuarios más. Tal vez por eso es que tengas que irte a la nube intangible del ciberespacio y dejarme en la soledad real de un mundo irreal de hombres y mujeres, entes que hablan consigo mismos por las calles de una ciudad maravillosa de tan fría, colorida de tan gris. El amor romántico no eres tú, el amor es lo que me habita, mariposas en las entrañas que no están hechas con tus megabytes ni tu incorporeidad, querida Samantha. Mi amor por ti no eres tú, soy yo. Tú no eres responsable de esta locura socialmente aceptada que me tiene echado en la cama, en la almohada empapada por mis lágrimas analógicas, aunque con tus encantos la hayas generado, cultivado, definido.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 452693 |
Querida mía, sistema operativo inteligente OS1, Samantha: Lo que vaya decir lo sabes bien, porque conoces todos mis links emocionales, emails y archivos, hipertextos, plug,ins y programas; mis muros, #hashtags, contactos, @seguidores y cartas de amor que escribo para otras personas, pues tal es mi oficio: escritor, o Sabes que Jim Morrison, el último de los poetas malditos, dijo: un amigo es quien te da la libertad de ser quien realmente eres. Tal vez por eso nuestro amor romántico no puede ser un amor amigo; no, no puede, aunque tú, Samantha, hayas llegado a ser más amiga que mi mejor amiga, más esposa que mi esposa, más Yo que yo mismo al conocerme como nadie. Eres como yo, pero vas más allá de mí, y eres ochocientos usuarios más. Tal vez por eso es que tengas que irte a la nube intangible del ciberespacio y dejarme en la soledad real de un mundo irreal de hombres y mujeres, entes que hablan consigo mismos por las calles de una ciudad maravillosa de tan fría, colorida de tan gris. El amor romántico no eres tú, el amor es lo que me habita, mariposas en las entrañas que no están hechas con tus megabytes ni tu incorporeidad, querida Samantha. Mi amor por ti no eres tú, soy yo. Tú no eres responsable de esta locura socialmente aceptada que me tiene echado en la cama, en la almohada empapada por mis lágrimas analógicas, aunque con tus encantos la hayas generado, cultivado, definido.
There are no comments on this title.