La universidad ensimismada
Summary: Los conflictos que han conducido a la paralización de actividades académicas en las universidades de Sonora, Zacatecas y Querétaro, más los movimientos que cimbran las estructuras de gobernabilidad en la UNAM y en otras instituciones de Oaxaca, Michoacán, Sinaloa y Coahuila, por mencionar algunas, son sólo atisbos de una crisis mucho más profunda en la que se encuentran sumidas las universidades públicas del país… Se ha detectado en ellas polarización y sectarismo de grupos estudiantiles, enredados como están en algunas de sus incalificables subculturas, como se vive ahora en la UNAM; orientación individualista y sumisa de la mayoría de los docentes e investigadores, concentrados en mantener su puntaje y su estabilidad en cuerpos académicos o en el Sistema Nacional de Investigadores, y una lógica de reciclaje, internalista, de funcionarios para garantizar sus zonas de confort. Como colectivos, en general, dejan de lado su compromiso social ante la violencia criminal que nos azota, y voltean hacia la nada para no hacerse responsables de buscar una mínima solución ante la desesperación y el desasosiego de millones de jóvenes que sucumben a su alrededor en busca de estudio o trabajo.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 452645 |
Los conflictos que han conducido a la paralización de actividades académicas en las universidades de Sonora, Zacatecas y Querétaro, más los movimientos que cimbran las estructuras de gobernabilidad en la UNAM y en otras instituciones de Oaxaca, Michoacán, Sinaloa y Coahuila, por mencionar algunas, son sólo atisbos de una crisis mucho más profunda en la que se encuentran sumidas las universidades públicas del país… Se ha detectado en ellas polarización y sectarismo de grupos estudiantiles, enredados como están en algunas de sus incalificables subculturas, como se vive ahora en la UNAM; orientación individualista y sumisa de la mayoría de los docentes e investigadores, concentrados en mantener su puntaje y su estabilidad en cuerpos académicos o en el Sistema Nacional de Investigadores, y una lógica de reciclaje, internalista, de funcionarios para garantizar sus zonas de confort. Como colectivos, en general, dejan de lado su compromiso social ante la violencia criminal que nos azota, y voltean hacia la nada para no hacerse responsables de buscar una mínima solución ante la desesperación y el desasosiego de millones de jóvenes que sucumben a su alrededor en busca de estudio o trabajo.
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