Fuente del idioma vivo
Summary: Si hubo un hombre adecuado para ocupar un sitial en la Academia de la Lengua fue José Moreno de Alba. Lo ocupó en México, porque fue su país natal y su patria vocacional. Pero en realidad lo habría ocupado en cierta manera en cualquier lengua y geografía, pues su gran interés por el idioma se sustentaba en el gusto de hablarlo, de comprenderlo, de verlo en perpetuo cambio y garantizando en ese cambio su continuidad y su preservación: sabía que una lengua que se detiene, que ya no varía ni se modifica con el uso, está condenada a desaparecer… Por eso su pluma encarnó al historiador del español en América, a ese instrumento de comunicación y cultura que nos dio occidente cuando Europa descubrió América, o se la, encontró, como se dijo en 1994. En sus investigaciones supo narrar con el rigor del filólogo y con la emoción del novelista el devenir de un idioma que dejó de ser de Castilla o de España para ser hoy el que utilizan más de cuatrocientos millones de personas, de las cuales casi el ochenta por ciento viven en el nueƠvo continente, en esa América que es nuestra patria grande.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 451650 |
Si hubo un hombre adecuado para ocupar un sitial en la Academia de la Lengua fue José Moreno de Alba. Lo ocupó en México, porque fue su país natal y su patria vocacional. Pero en realidad lo habría ocupado en cierta manera en cualquier lengua y geografía, pues su gran interés por el idioma se sustentaba en el gusto de hablarlo, de comprenderlo, de verlo en perpetuo cambio y garantizando en ese cambio su continuidad y su preservación: sabía que una lengua que se detiene, que ya no varía ni se modifica con el uso, está condenada a desaparecer… Por eso su pluma encarnó al historiador del español en América, a ese instrumento de comunicación y cultura que nos dio occidente cuando Europa descubrió América, o se la, encontró, como se dijo en 1994. En sus investigaciones supo narrar con el rigor del filólogo y con la emoción del novelista el devenir de un idioma que dejó de ser de Castilla o de España para ser hoy el que utilizan más de cuatrocientos millones de personas, de las cuales casi el ochenta por ciento viven en el nueƠvo continente, en esa América que es nuestra patria grande.
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