Huracanes: La misma negligencia
Summary: Los fenómenos naturales son inevitables pero sus consecuencias sí pueden mitigarse y minimizarse, aunque al revisar la historia de estos eventos en México parece que no es así, toda vez que año tras año el recuento de daños es interminable y repetitivo. Las razones son evidentes: negligencia, incapacidad o corrupción de las autoridades... La semana pasada dos huracanes azotaron los estados costeros mexicanos: Ingrid en el Golfo de México y Manuel en el Pacífico. El segundo fue el que más daños causó y vidas humanas cobró. Hasta el jueves diecinueve los reportes oficiales hablaban de noventa y siete muertos y sesenta y ocho desaparecidos por el deslave del cerro en la comunidad La Pintada, de Atoyac de Álvarez, Guerrero… Una rápida comparación de lo que hoy sucede en Guerrero con lo ocurrido en 1997, hace dieciséis años, cuando Paulina azotó al puerto de Acapulco, permite evidenciar la ineficacia de las autoridades en ambos casos. Si bien las cifras cambian, los impactos y las consecuencias son prácticamente los mismos.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 447911 |
Los fenómenos naturales son inevitables pero sus consecuencias sí pueden mitigarse y minimizarse, aunque al revisar la historia de estos eventos en México parece que no es así, toda vez que año tras año el recuento de daños es interminable y repetitivo. Las razones son evidentes: negligencia, incapacidad o corrupción de las autoridades... La semana pasada dos huracanes azotaron los estados costeros mexicanos: Ingrid en el Golfo de México y Manuel en el Pacífico. El segundo fue el que más daños causó y vidas humanas cobró. Hasta el jueves diecinueve los reportes oficiales hablaban de noventa y siete muertos y sesenta y ocho desaparecidos por el deslave del cerro en la comunidad La Pintada, de Atoyac de Álvarez, Guerrero… Una rápida comparación de lo que hoy sucede en Guerrero con lo ocurrido en 1997, hace dieciséis años, cuando Paulina azotó al puerto de Acapulco, permite evidenciar la ineficacia de las autoridades en ambos casos. Si bien las cifras cambian, los impactos y las consecuencias son prácticamente los mismos.
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