Caminos de Michoacán : elecciones, narcotráfico e izquierda
In: El cotidiano 27, 173 (may-jun. 2012), 21-33Summary: Las elecciones del 13 de noviembre de 2011 en Michoacán para renovar la gubernatura, las 112 alcaldías (a excepción de Cherán) y los 40 escaños en el Congreso se enmarcan en un complejo proceso de transición político-electoral que desde finales de los ochenta ha abonado cambios importantes en la construcción de un régimen pluripartidista. Tanto la defensa del voto como la construcción de reglas de competencia más justas han permitido el tránsito de un régimen de partido único a uno bipartidista y tripartidista, caracterizado por una permanente volatilidad del voto. Los resultados electorales nos permiten analizar las nuevas caras de la lucha política a partir de la injerencia camuflada del titular del Ejecutivo Federal a favor de su partido, así como una atmósfera de violencia causada por la “guerra contra el narcotráfico” que exhibe los límites del Estado mexicano y la participación del crimen organizado como un actor influyente en la definición de la correlación de fuerzas en el campo político. El retorno del PRI al gobierno después de más de una década abre un nuevo periodo de gobierno de este partido, al tiempo que el perredismo michoacano muestra un sensible agotamiento ocasionado por sus propios excesos y las disputas internas que lidian sus facciones por las posiciones.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 438294 |
Las elecciones del 13 de noviembre de 2011 en Michoacán para renovar la gubernatura, las 112 alcaldías (a excepción de Cherán) y los 40 escaños en el Congreso se enmarcan en un complejo proceso de transición político-electoral que desde finales de los ochenta ha abonado cambios importantes en la construcción de un régimen pluripartidista. Tanto la defensa del voto como la construcción de reglas de competencia más justas han permitido el tránsito de un régimen de partido único a uno bipartidista y tripartidista, caracterizado por una permanente volatilidad del voto. Los resultados electorales nos permiten analizar las nuevas caras de la lucha política a partir de la injerencia camuflada del titular del Ejecutivo Federal a favor de su partido, así como una atmósfera de violencia causada por la “guerra contra el narcotráfico” que exhibe los límites del Estado mexicano y la participación del crimen organizado como un actor influyente en la definición de la correlación de fuerzas en el campo político. El retorno del PRI al gobierno después de más de una década abre un nuevo periodo de gobierno de este partido, al tiempo que el perredismo michoacano muestra un sensible agotamiento ocasionado por sus propios excesos y las disputas internas que lidian sus facciones por las posiciones.
There are no comments on this title.