La transición traicionada
Summary: Llegan a su fin los dos gobiernos presididos por el PAN, acompañados de un evidente rechazo del electorado, una decepción creciente ante las expectativas frustradas de la alternancia de 2000, así como por una mezcla de abatimiento e indignación frente a la brutalidad sin límite de una violencia interminable. Deplorable final, surgido de una triple traición: a los valores fundacionales de ese partido, a la esperanza de los ciudadanos que los llevaron al poder y a la transición democrática. No es hipérbole, ni tampoco es necesario ser trotskista para argumentar que, en efecto, se trató de una traición, es decir, de una, falta que se comete quebrando la fidelidad o lealtad que se debe tener o guardar, DRAE, en este caso, hacia una democracia digna de ese nombre… El cambio democrático ocurrido en el 2000 trajo consigo un mayor pluralismo político, equilibrio de poderes; nuevas instituciones electorales, transparencia y rendición de cuentas, así como ampliación de libertades sociales. Sin embargo, el legado del priismo hegemónico compuesto por estructuras de poder y elementos de cultura política autoritarios fue asimilado, no enfrentado, por los mandatarios panistas. Pasamos de un presidencialismo autoritario a una Presidencia sin autoridad, que no sólo erosionó a la institución sino provocó el debilitamiento del Estado frente a los poderes de facto. La complacencia ante dichas perversiones y disfunciones no favorecen la consolidación de la democracia.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 430541 |
Llegan a su fin los dos gobiernos presididos por el PAN, acompañados de un evidente rechazo del electorado, una decepción creciente ante las expectativas frustradas de la alternancia de 2000, así como por una mezcla de abatimiento e indignación frente a la brutalidad sin límite de una violencia interminable. Deplorable final, surgido de una triple traición: a los valores fundacionales de ese partido, a la esperanza de los ciudadanos que los llevaron al poder y a la transición democrática. No es hipérbole, ni tampoco es necesario ser trotskista para argumentar que, en efecto, se trató de una traición, es decir, de una, falta que se comete quebrando la fidelidad o lealtad que se debe tener o guardar, DRAE, en este caso, hacia una democracia digna de ese nombre… El cambio democrático ocurrido en el 2000 trajo consigo un mayor pluralismo político, equilibrio de poderes; nuevas instituciones electorales, transparencia y rendición de cuentas, así como ampliación de libertades sociales. Sin embargo, el legado del priismo hegemónico compuesto por estructuras de poder y elementos de cultura política autoritarios fue asimilado, no enfrentado, por los mandatarios panistas. Pasamos de un presidencialismo autoritario a una Presidencia sin autoridad, que no sólo erosionó a la institución sino provocó el debilitamiento del Estado frente a los poderes de facto. La complacencia ante dichas perversiones y disfunciones no favorecen la consolidación de la democracia.
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