Clara Brugada: Le debo por igual a López Obrador que a Ebrard El “cadaver” que Juanito mató goza de cabal salud en Iztapalapa
Summary: Y contra el pronóstico de muchos Clara Brugada gobierna la delegación Iztapala, el municipo más poblado del pais entero. Luego de la comedia de equivaciones con Juanito en el papel central, hoy esta economista anda recorre y recorre la zona. El suyo no es un gobierno consumado. Juanito puede volver en unos cincuenta días. Aun así, Clara sabe que las cosas están en su favor. Sabe, también, que tiene a dos poderosos ángeles a su espalda. Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador… Llega con un vestido amarillo, bordado por manos oaxaqueñas, y unos zapatos, parece, de Donna Karan. Hubo quienes apostaron que esta mujer terminaría en la calle con sus arengas de siempre. Hasta Rafael Acosta, el mítico Juanito que llegó a creyerse igual de popular que Jesucristo, le pronosticó un futuro apocalíptico. Clara Brugada, sin embargo, está hoy despachando en la delegación Iztapalapa, como propuso Andrés Manuel López Obrador el dieciséis de junio pasado en una asamblea popular. Además de su vozarrón, carga una de esas sonrisas que suelen aparecer después de que uno vive una mala pasada.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 428106 |
Y contra el pronóstico de muchos Clara Brugada gobierna la delegación Iztapala, el municipo más poblado del pais entero. Luego de la comedia de equivaciones con Juanito en el papel central, hoy esta economista anda recorre y recorre la zona. El suyo no es un gobierno consumado. Juanito puede volver en unos cincuenta días. Aun así, Clara sabe que las cosas están en su favor. Sabe, también, que tiene a dos poderosos ángeles a su espalda. Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador… Llega con un vestido amarillo, bordado por manos oaxaqueñas, y unos zapatos, parece, de Donna Karan. Hubo quienes apostaron que esta mujer terminaría en la calle con sus arengas de siempre. Hasta Rafael Acosta, el mítico Juanito que llegó a creyerse igual de popular que Jesucristo, le pronosticó un futuro apocalíptico. Clara Brugada, sin embargo, está hoy despachando en la delegación Iztapalapa, como propuso Andrés Manuel López Obrador el dieciséis de junio pasado en una asamblea popular. Además de su vozarrón, carga una de esas sonrisas que suelen aparecer después de que uno vive una mala pasada.
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