Un desierto lleno de vida

Las nuevas teorías de la polución apuntan hacia algo ligeramente distinto de lo que afirmaba Darwin. Por ejemplo, que la jirafa no se estiró y modificó el largo de su cuello para alcanzar el alimento en la copa de los árboles, sino que un gen incógnito y misterioso, que nos hace a todos seres únicos, hizo que esa especie mutara y posteriormente se adaptara a su medio ambiente. Traslado entonces esa hipótesis hacía el arte y a los verdaderos artistas, que no crean pensando en el contexto y el ambiente mediático que nos rodea, sino que hacen que sus ideas maduren, respiren, florezcan, muten.... y esperan que posteriormente se adapten al todo. Este es el caso del grupo originario de Nuevo México llamado Beirut… Hasta 2006, Nuevo México era conocido como el hogar del área cincuenta y uno, el punto de reunión de estudiosos del fenómeno OVNI. Un joven de veinte años, de nombre Zach Condon, se encargó de transformar la realidad árida de esa entidad del sur de Estados Unidos en la plataforma donde nació una nueva forma de crear música. En pleno desierto el niño prodigio fundó Beirut, proyecto de índole personal, que sería el despegue de su carrera musical.