El seminario departamental: un espacio para la discusión filosófica y metodológica en el posgrado

Al referirnos a la filosofía estamos conscientes de que su quehacer trasciende las bases mismas de las raíces de la palabra, ya que la amplitud del pensamiento no puede quedar circunscrita a los limitados medios de comunicación oral y escrita mediante los cuales los seres humanos han construido sus culturas. Sin profundizar en el gran debate entre los filósofos y los científicos en cuanto a la filosofía de la ciencia, partimos de una definición de filosofia como la tierra de nadie entre la ciencia y la religión, no obstante la amplitud y la generalidad de esta aseveración. Sin embargo, para los fines de este trabajo, retomamos el planteamiento de Johannes Hessen, 1993, quien refiere al menos que la esencia de la filosofía es la autorreflexión del pensamiento sobre el valor de su conducta teórica y práctica, aspirando en forma simultánea al conocimiento de las relaciones entre las cosas y una concepción racional del universo… El abordaje filosófico de los fenómenos del medio ambiente como cualidad surge en el momento de reconocer que toda forma de cultura humana ha anclado sus raíces en el entorno. En cada uno de esos momentos, las formas de organización social, de poder y de acumulación de excedentes han dado lugar a la transformación social en sí a través de lo que concebimos como desarrollo, y a la transformación tecnológica de los ecosistemas bajo diversas concepciones de racionalidad. Dentro de este marco filosófico se ha venido dando cabida al enfoque científico de las investigaciones en medio ambiente y desarrollo, ya que su objeto de estudio son los fenómenos y los procesos del total de las relaciones dialécticas entre la sociedad y la naturaleza, Maya, 1995; Miranda, 1997.