El ministro José de Jesús Gudiño Pelayo: entre la brevedad de la vida, el juicio de amparo, la controversia constitucional y el Estado
Summary: Quien se limita a dejar pasar la realidad, quien no se pregunta por qué ocurre y qué habrá de ocurrir con posterioridad si no se hace esto o lo de más allá, ése no yerra, desde luego. Cuando, por el contrario alguien hace su interpretación de la realidad de hoy, implícitamente se interroga cómo hacer para que el mañana sea como debiera ser. Esta actitud del hombre que interroga, que duda, no de manera existencial, como acto de fe, sino como duda metódica, cartesiana,dos constituye, para mí, una enseñanza capital del ministro Gudiño Pelayo, 1943,2010. Sus libros están como prueba y al alcance de todos… Sobre esta actitud, como forma cotidiana de ser, versarán las siguientes líneas. Considero que en ella se encuentra la piedra angular de su actuar jurisdiccional, académico y de vida. Con esa actitud interpretó la Constitución, la realidad concreta que vivió, el objeto de estudio, la especificidad de la litis planteada y, como secuencia natural, expuso, con la fuerza de la razón, que es la diferencia que existe entre los hombres y las bestiastres, la categorización y tendencia de la realidad o fenómeno jurídico estudiado… Este compromiso consigo mismo y con su realidad, le permitió, más que describir a ésta, interpretarla y proyectarla, con el riesgo latente del error, por supuesto, del error científico, no de aquel en el cual incurre el que emite juicios sin preguntarse el porqué de las cosas.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 411828 |
Quien se limita a dejar pasar la realidad, quien no se pregunta por qué ocurre y qué habrá de ocurrir con posterioridad si no se hace esto o lo de más allá, ése no yerra, desde luego. Cuando, por el contrario alguien hace su interpretación de la realidad de hoy, implícitamente se interroga cómo hacer para que el mañana sea como debiera ser. Esta actitud del hombre que interroga, que duda, no de manera existencial, como acto de fe, sino como duda metódica, cartesiana,dos constituye, para mí, una enseñanza capital del ministro Gudiño Pelayo, 1943,2010. Sus libros están como prueba y al alcance de todos… Sobre esta actitud, como forma cotidiana de ser, versarán las siguientes líneas. Considero que en ella se encuentra la piedra angular de su actuar jurisdiccional, académico y de vida. Con esa actitud interpretó la Constitución, la realidad concreta que vivió, el objeto de estudio, la especificidad de la litis planteada y, como secuencia natural, expuso, con la fuerza de la razón, que es la diferencia que existe entre los hombres y las bestiastres, la categorización y tendencia de la realidad o fenómeno jurídico estudiado… Este compromiso consigo mismo y con su realidad, le permitió, más que describir a ésta, interpretarla y proyectarla, con el riesgo latente del error, por supuesto, del error científico, no de aquel en el cual incurre el que emite juicios sin preguntarse el porqué de las cosas.
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