La taekwondoísta que quiso ser gimnasta
Summary: A Irma Edith Contreras Rodríguez la marcó de por vida una frase de su madre: si empiezas algo, termínalo. La novata y debutante taekwondoísta por la que casi nadie apostaba fue la primera mujer en ganar medalla de oro para la delegación mexicana en el segundo día de competencia de los Dieciséis Juegos Panamericanos… Desde que era niña quiso ser gimnasta pero su deseo no cuajó. Su madre le expuso los inconvenientes de acompañarla todo los días al gimnasio y la convenció para que a los ocho años se incorporara al grupo de su hermano Francisco y sus primos, quienes para entonces enfilaban sus pasos hacia el taekwondo… De todos sus familiares que practicaban esta disciplina, Irma Edith es la única que permanece en el deporte. A ella no le permitieron renunciar; le dijeron que sólo podría hacerlo cuando obtuviera la cinta negra.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 411526 |
A Irma Edith Contreras Rodríguez la marcó de por vida una frase de su madre: si empiezas algo, termínalo. La novata y debutante taekwondoísta por la que casi nadie apostaba fue la primera mujer en ganar medalla de oro para la delegación mexicana en el segundo día de competencia de los Dieciséis Juegos Panamericanos… Desde que era niña quiso ser gimnasta pero su deseo no cuajó. Su madre le expuso los inconvenientes de acompañarla todo los días al gimnasio y la convenció para que a los ocho años se incorporara al grupo de su hermano Francisco y sus primos, quienes para entonces enfilaban sus pasos hacia el taekwondo… De todos sus familiares que practicaban esta disciplina, Irma Edith es la única que permanece en el deporte. A ella no le permitieron renunciar; le dijeron que sólo podría hacerlo cuando obtuviera la cinta negra.
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