El programa de simplificación de las actividades de comercio exterior y sus posibles implicaciones para el sector agropecuario

El 18 de diciembre de 2008, la Secretaría de Economía anunció que había llegado a un acuerdo con los industriales para poner en marcha el Programa de Simplificación de las Actividades de Comercio Exterior (PEACE), que comprende una serie de disposiciones orientadas a reducir el costo de internación de los insumos y materias primas importados por el sector industrial, mediante la agilización de los trámites aduanales y la flexibilización de los requisitos de verificación sanitaria para su internamiento, así como la desgravación arancelaria de productos procedentes de países con los que no se tienen tratados comerciales. Con ellas se pretende elevarla competitividad de la economía nacional, la inversión, las exportaciones y el empleo y beneficiar a los consumidores con una mayor oferta de bienes de mayor calidad. Sin embargo, existen dudas respecto a los beneficios que traería el seguir profundizando en una estrategia de crecimiento por exportaciones y de apertura comercial unilateral, en un mercado mundial contraído por la crisis y preocupado por proteger a su propia planta productiva; temores por los efectos que la entrada de mercancías más baratas traería sobre la permanencia de empresas que las producen y consecuentemente de los empleos que generan; y zozobra entre los productores primarios, no sólo por la posibilidad de que las importaciones de productos fuera de norma los desplacen del mercado nacional, sino por el riesgo de contaminación de sus explotaciones productivas. Este artículo tiene como propósito llamar la atención sobre las posibles implicaciones de esta estrategia y destacar las atribuciones constitucionales del Congreso para responder a los intereses de sus representados.